CHACO.- El miércoles se cortó la luz en la cancha donde Brasil y Argentina iban a jugar el clásico de las Américas. La desilusión vino acompañada del enojo, ante un hecho que se evaluó como un papelón.

Con el sabor amargo todavía en la boca, se encontró a un supuesto culpable: una araña pollito. Los que dieron con el arácnido fueron periodistas de Olé, que viajaron hasta allí para reconstruir los hechos.

La situación habría sido así. Primero, el micro que trasladó a la delegación brasileña, arrastró unos cables de los dos generadores extra, provocando así el primer gran apagón y, de paso, inutilizándolos para cuando más se los necesite.

Luego, llegó el golpe de energía y la falla en la aislación en un cable de la torre central de la platea visitante, que provocó el foco ígneo en la caja de fusibles junto al portón de salida del sector. Para apagarlo, los bomberos echaron un compuesto químico que provocó que se derritan los contactores, y ya no hubo caso, porque algunos focos se quemaron y la caja necesita recambio total.

Eso es lo que se sabe que sucedió. Lo que no se descarta es que la araña, que se encontraba al lado de los fusibles derretidos, haya sido la responsable del corto circuito que le dio el punta pie inicial, no al partido, sino a esta cadena de hechos más que desafortunados. (Olé.com.ar)